emocional

Hoy mientras caminaba por la calle me pidieron participar en una encuesta, al preguntar sobre el tema me dijeron que se trataba sobre el control y me pareció interesante así que acepté. Hubo una pregunta que me dejó pensando horas después, ¿te consideras controladora? Me parece que todo depende desde la perspectiva en la que quieras contestar, pues al principio consideré mi respuesta como negativa, pero al analizarla con detenimiento pude ver algunos puntos que me gustaría compartir contigo.

Tal vez tu respuesta hasta ahora sea parecida a la mía “yo no soy controlador”. ¿Has pensado en cómo te sientes cuando las cosas no están transcurriendo como querías? Por ejemplo, en situaciones de incertidumbre o en las que no puedes hacer realmente nada al respecto.

Me parece que todos hemos pasado por escenas como las anteriores, en las que la emoción nos invade, nos llenamos de miedo, enojo o angustia; y esto se da porque no podemos controlar lo que pasa a nuestro alrededor. Además, nuestra mente comienza a trabajar a toda máquina, inundándose de pensamientos devaluadores, pesimistas y castigadores; que sólo aumentan el malestar que vivimos en ese momento. Cuando esto sucede, ¿qué es lo que haces? ¿Intentas con las garras controlar lo que puedes?, o ¿tratas de distraerte para salir de ese estado de malestar emocional y huir de esos pensamientos?.

Seguramente los has intentado, yo también lo he hecho y lo que he notado es que tal vez esas estrategias funcionen al principio, pero eventualmente regresan, puedo pasar horas planeando y pensando en formas de evitar el problema o de solucionarlo; pero eso me ha llegado a quitar tiempo para hacer otras cosas importantes en mi vida y me desgasta estar peleando para intentar tener el control. Que en realidad es una idea fantasiosa, pues sabemos que hay aspectos que no nos corresponden, pues quedan fuera de uno mismo.

Así que mi siguiente pregunta es: ¿de qué sirve desgastarse por intentar controlar algo que no puedes controlar? Puede que tu mente te dé ideas como: “el chiste es intentarlo, a lo mejor puedes lograrlo”.

Me gusta comparar los problemas con un río, podemos estar nadando contra corriente y el resultado que podrías obtener probablemente sea mantenerte en el mismo lugar unos segundos a lo mucho minutos y después sentimos el desgaste por nadar contra esa corriente con tal de ir a donde queremos. ¿Has pensado en la posibilidad de dejarte llevar por el río?, suena aterrador pues no es lo que nuestra mente llamaría “lógico” o prudente.

A pesar de esto, puede ser una forma menos desgastante de sobrellevar las cosas, finalmente en cualquiera de las dos opciones, decidas nadar o dejarte ir, el río termina teniendo el control y tal vez podemos descubrir que no es tan malo dejarnos llevar y podríamos disfrutar del paisaje mientras nos lleva la corriente.

Claro que hay ocasiones en las que nosotros podemos hacer cambios que nos ayuden significativamente, pero es necesario aprender a detectar nuestros límites y cuando en lugar de ayudar, nos estamos desgastando. Te invito a intentar una solución diferente a lo que estamos acostumbrados a hacer, acércate a nosotros y ¡KEEP CALM AND LOSE CONTROL!